NAFARROA BAI.
Presente y futuro
NAFARROA BAI: UN REFERENTE Y UN REVULSIVO
Nafarroa Bai se ha convertido en un referente y en un revulsivo de la política navarra. Un referente de la unidad de acción de las fuerzas abertzales y progresistas en pos del cambio desde las instituciones, y de la reivindicación democrática frente a los grandes intereses económicos y políticos que forjan, a menudo al margen de la voluntad ciudadana las decisiones en esta Comunidad Foral.
Y un revulsivo frente al estatismo y anquilosamiento. Su sola existencia ha obligado a adversarios y a rivales políticos a modificar su estrategia, incluso su imagen. La reafirmación por parte de UPN de su perfil navarro, con acciones como la de solicitar al PP la formación de grupo propio en el Congreso o imitar el estilo de la publicidad de campaña de Nafarroa Bai -hasta los colores- son sólo dos ejemplos por parte de quien es hoy primera fuerza política de Navarra. Asimismo, el PSN ha tenido que asumir un discurso de cambio -que a la hora de la verdad no se ha atrevido a hacer realidad- que dificulta la justificación social de su tradicional estrategia de colaboración institucional con la derecha.
Pero además, la actuación conjunta de Nafarroa Bai en las principales instituciones navarras ha requerido por parte de las organizaciones integrantes innovar, adaptarse y flexibilizar funcionamientos, y tratar de inventar una nueva forma de ‘hacer’ política.
El resultado no es siempre lo armónico y lo operativo que quisiéramos; se trata de un proceso en revisión y reajuste permanente, consecuencia de la constante y necesaria negociación entre partidos y personas que componemos Nafarroa Bai.
Transcurridos cuatro años desde el surgimiento de Nafarroa Bai tras los éxitos y avatares de la coalición el último año en Navarra, la celebración de dos citas electorales –ambas con positivos resultados- y un intento de cambio de gobierno frustrado, han emergido ciertos conflictos de funcionamiento y locales, otros internos o de estrategia institucional, que obligan a afrontar un proceso de reflexión y debate interno en Eusko Alkartasuna con el objetivo de analizar, acordar, y proponer después en el seno de Nafarroa Bai, fórmulas que corrijan los errores, las carencias y planteamientos estructurales mal resueltos, o actualmente insuficientes, para dar respuesta a las necesidades y los retos que se nos presentan a partir de ahora.
Si queremos consolidar la más importante alternativa política a UPN que existe en Navarra, ha llegado el momento de abordar cuestiones organizativas, estratégicas e ideológicas sobre Nafarroa Bai, de cara al futuro. Así como dar forma a esa cohabitación entre Eusko Alkartasuna y Nafarroa Bai.
La ilusión ha de servirnos para hacer un trabajo reposado; y la inquietud, para detectar los problemas y darles respuesta con inteligencia, equilibrio, responsabilidad y ambición política e histórica.
UN POCO DE HISTORIA
Si resumimos las principales aportaciones cualitativas de Nafarroa Bai a la vida política navarra y a las siglas implicadas en la coalición éstas serían su capacidad aglutinante y su frescura. Nafarroa Bai se presenta ante la sociedad como la herramienta de las fuerzas abertzales, progresistas, vasquistas y de izquierdas para cambiar Navarra. Y lo hace huyendo de viejas fórmulas, desde la novedad, tanto en el fondo -como ensayo de entendimiento entre cuatro partidos diferentes más personas independientes-, como en la forma, mediante una imagen dinámica e innovadora que ha dado a la coalición ese halo de frescura que le permite presentarse como una promesa de cambio.
Cuando hace casi cinco años varios miembros de la Ejecutiva Regional de Eusko Alkartasuna y de la dirección de Aralar se reunieron por primera vez y tantearon la posibilidad de concurrir conjuntamente a las elecciones generales de 2004 ni el más optimista era capaz de adivinar el grado de éxito social de esta alianza. Entonces, el objetivo –que la pura matemática ya auguraba- era conseguir presencia en Madrid. Una representación que había sido perseguida pero inaccesible para el abertzalismo navarro, que excepto HB en 1986, nunca había logrado escaño en el Congreso.
A finales de 2003 representantes de la dirección en Navarra de Aralar, EA y PNV dieron a conocer ante los medios de comunicación su determinación de formar coalición para las generales de 2004. Para entonces ya habíamos adquirido el compromiso de llegar a un acuerdo de mínimos sobre el programa, y a fin de facilitar la conformación de las candidaturas, de contar con personas independientes para los puestos primero y segundo al Congreso, y los tres del Senado. Enseguida se sumaría Batzarre a esta plataforma electoral.
Estratégicamente, conseguir un diputado (o diputada) abertzale suponía cambiar el mapa político de Navarra, romper con el bipartidismo histórico que repartía tradicionalmente los escaños entre UPN-PP y PSN-PSOE; arrebatar al centralismo español la exclusividad en la representación de Navarra en Madrid, y poner fin a la imagen monocolor y uniforme de este territorio que durante décadas se ha trasladado al Estado.
Fue Eusko Alkartasuna quien propuso a Uxue Barkos para encarnar la voz y la representación de Nafarroa Bai en Madrid. El 14 de marzo de 2004 61.045 navarros y navarras nos auparon al escaño en el Congreso. Durante cuatro años, Uxue Barkos ha sido el contrapunto al discurso maniqueo de UPN sobre Navarra, y a la desatención y abandono histórico del PSOE. Nafarroa Bai ha llevado a Madrid la voz de una Navarra plural y de progreso, la única que ha defendido los intereses generales de nuestra Comunidad.
En marzo de 2008, en el contexto de una brutal bipolarización entre PP y PSOE (muy orquestada y exitosa) y la abstención activa promovida por ANV, Nafarroa Bai ha revalidado escaño mejorando resultados respecto a 2004 (62.073 votos, el 18,53%). Si bien no ha cumplido los objetivos fijados antes de la campaña, el resultado es muy meritorio teniendo en cuenta la laminación que las opciones nacionalistas y de izquierdas han sufrido en todo el Estado.
LA FUERZA DEL CAMBIO
Desde su nacimiento Nafarroa Bai fue concebida como un instrumento político abierto y participativo, que aspiraba a representar a esa otra Navarra sistemáticamente desoída, excluida y agredida por su legítimo sentimiento de pertenencia e identidad, y su defensa de otro modelo político y económico, y de unos valores sociales solidarios y alternativos. Con el paso del tiempo, Nafarroa Bai comenzó a vislumbrarse en el seno de la sociedad navarra como una alternativa a la realidad predominante.
Es así que la coalición se asienta hoy sobre dos actitudes esenciales:
- Una actitud defensiva frente al sectarismo de una sensibilidad política dominante que intenta imponer por todos los medios el pensamiento único en la interpretación del ser y devenir político de Navarra, niega la pluralidad social, cultural, sindical y política y el sentimiento vasco presente en esta Comunidad;
- Una actitud propositiva de vocación de constituir una alternativa de convivencia sobre la base del respeto a la pluralidad y a la capacidad de decisión de la ciudadanía navarra, pero desde una defensa clara de nuestra identidad y los derechos nacionales de Euskal Herria, y una apuesta firme por principios de actuación política y de gestión progresistas y de izquierdas.
En coherencia con estas dos pretensiones, Nafarroa Bai se articuló para las elecciones forales y municipales de mayo de 2007 con el fin de impulsar un cambio en profundidad en Navarra objetivo que conllevaba el desalojo de UPN-PP del poder. Así lo expresaba en las Bases Políticas firmadas por los cuatro partidos y los independientes, que fijan como objetivos inmediatos:
- Optimizar el respaldo social de los abertzales de izquierda, progresistas y vasquistas de Navarra, mediante la unión de fuerzas y la búsqueda de sinergias. A este fin se plantearon tres supuestos de comparecencia conjunta: 1. Instituciones en las que los partidos éramos minoría. 2. Instituciones referenciales (capital y cabezas de merindad) 3. Instituciones en las que los partidos de la coalición no teníamos representación. En cambio, en los ayuntamientos donde los partidos somos mayoría concurrimos por separado para garantizar a la sociedad diferentes opciones de elección.
- Impulsar el cambio político en Navarra que desaloje a la derecha del poder;
- Crear una alternativa en aquellas instituciones donde actualmente gobierna la derecha de Navarra. Esta alternativa a UPN-CDN o a agrupaciones electorales ideológicamente afines pasa, en la mayoría de los casos, por un pacto de Gobierno con el PSN y otras fuerzas de izquierdas, siendo necesario el firme compromiso de apoyar gobiernos progresistas, asumiendo el respeto a la representatividad de cada uno, y la prioridad de la necesidad urgente de cambio, por encima de las discrepancias políticas.
Dichas bases recogen por supuesto otros objetivos políticos de fondo, como son la pacificación y normalización política de Euskal Herria; el reconocimiento del derecho de decisión de la ciudadanía navarra; garantizar el ejercicio de todos los derechos lingüísticos de todos los navarros y navarras; la profundización democrática y el reconocimiento de los derechos civiles y políticos de toda la ciudadanía... Así como sociales: fortalecer el sistema de servicios públicos, activar políticas de desarrollo socio–económico, y de infraestructuras y servicios públicos que corrijan los desequilibrios territoriales y garanticen la igualdad de oportunidades, ensanchar la democracia y la apuesta por un desarrollo humano verdaderamente sostenible. Todos ellos prefiguran el modelo político y social para Navarra por el que apuesta la coalición.
CUMPLIMIENTO DE OBJETIVOS
- PRIMER OBJETIVO “Optimizar la representación de fuerzas abertzales y progresistas”.
Nafarroa Bai ha conseguido ya algunos objetivos impensables. Su vocación de oposición, y al mismo tiempo de alternativa al modelo político y social de la derecha navarra, ha cristalizado con contundencia entre el electorado abertzale y progresista, y ha convertido a la coalición en la segunda fuerza política en el Parlamento Foral, el Ayuntamiento de Iruña y buena parte de ayuntamientos de la Comarca de Pamplona.
La respuesta social a la llamada al cambio ha sido espectacular en aquellas zonas de mayor conciencia abertzale: montaña y Sakana. Ni la concurrencia de los partidos por separado a las municipales en Leitza, Malerreka y Bortziriak, ni el llamamiento de ANV al voto nulo por la ilegalización de su lista al Legislativo ha mermado la capacidad de atracción de voto de Nafarroa Bai a favor de un Gobierno alternativo frente a la gestión de UPN-PP. Así, la lista al Parlamento Foral obtuvo 77.872 votos que se tradujeron en doce escaños, los mismos que el PSN (pero unos 3.700 votos más).
El éxito fue rotundo también en Pamplona, convirtiéndonos en la segunda fuerza política de la capital (duplicando representación al PSN y cuadruplicando a ANV) y de localidades de la Comarca como Barañáin, Cizur, Ansoain, Egües, y en primera fuerza política en Atarrabia-Villava, Berriozar o Esteribar.
Por Merindades, se mejoraron resultados y se amplió la representación en Agoitz, Olite y Tafalla. En Tutera -y la Ribera en general- los resultados fueron tibios, no mejorando sustancialmente por la concurrencia conjunta.
Por el contrario, Nafarroa Bai se impuso sin problemas en casi toda Sakana, obteniendo las alcaldías de Olazti, Urdiain, Ziordia, Irurtzun, Altsasu, Bakaiku y Etxarri Aranatz.
- SEGUNDO Y TERCER OBJETIVO “Impulsar el cambio político en Navarra que desaloje a la derecha del poder” y “Crear una alternativa en aquellas instituciones donde actualmente gobierna la derecha de Navarra”.
Tras el 27 de mayo, habiendo surgido una mayoría progresista de las urnas en el Parlamento Foral y en numerosas entidades locales, Nafarroa Bai centró su atención y su esfuerzo en materializar los otros objetivos tácticos, previos y necesarios para acometer el cambio político, social, democrático, económico y cultural de fondo al que se comprometió ante la ciudadanía.
Ya desde un principio, las posibilidades de alcanzar la alcaldía de Iruña (y desplazar a UPN de las de Estella-Lizarra y Tafalla) se vieron limitadas por la decisión de la Dirección Federal del PSOE de no asumir ni propiciar aquellos gobiernos locales para cuya elección fuera necesario el apoyo de ANV.
Sin embargo, no sin ciertas dudas que enseguida quedaron en evidencia por parte del PSN, se iniciaron las conversaciones para constituir un gobierno alternativo al de UPN-CDN para Navarra, así como en múltiples localidades de la Comarca de Iruña como Barañáin, Cizur, Berriozar, Burlata, Beriáin, Ansoain, así como en Olite. En los tres primeros, la alcaldía recaería en Nafarroa Bai, en los cuatro últimos, en el PSN.
Días antes de la constitución de los ayuntamientos se firmó y presentó junto con PSN e IU un Pacto Local global de gobierno en la mayor parte de estas localidades. En Atarrabia, en cambio, Nafarroa Bai alcanzó la alcaldía en solitario, y en Uharte, por acuerdo con otros grupos políticos.
Por razones y voluntades ajenas a Nafarroa Bai no se pudieron lograr ni el cambio de la Alcaldía de Iruña, ni el objetivo más importante de la coalición: el cambio en el Gobierno de Navarra.
CONFLICTOS, DESAVENENCIAS Y DESAJUSTES
A partir del verano comenzaron a producirse los primeros conflictos en el ámbito local. No sólo pero sí fundamentalmente en ayuntamientos en los que ostentamos –o sostenemos- el gobierno municipal. Zizur saltó a la prensa. La noticia coincidió en el tiempo con la actitud de boicot del PSN al equipo de gobierno de Barañáin que se ha saldado con la presentación por parte del PSN y de la derecha de una moción de censura a Nafarroa Bai y con la consiguiente entrega del poder a UPN.
En este caso –como en el de Beriáin- la responsabilidad es totalmente ajena a la coalición: consecuencia del incumplimiento por parte del PSN de sus compromisos en el Pacto Local global firmado en junio. Pero en otros casos, los problemas han surgido por discrepancias y por desajustes en el seno de la propia coalición:
1. ZIZUR:
El conflicto surge en verano, y salta inmediatamente a la prensa. El núcleo central es que Batzarre no asume una de las condiciones del pacto con el PSN, en relación con la liberación de una persona de dicho partido, y lo impide de facto en votaciones en el ayuntamiento. A este bloqueo se suman sus críticas públicas a la coalición, actitud que genera serias fricciones en el seno del grupo municipal. La situación se salda con la dimisión y el abandono de la concejalía por parte de Batzarre. Meses después el conflicto vuelve a Nafarroa Bai a raíz de las desavenencias con Nafarroa Bai de la cuarta de la lista, Arantza Arenzana, propuesta por Aralar. Después de varios meses de enfrentamiento, Arantza Arenzana deja el grupo municipal, pero no la concejalía. Desde ese momento empieza a coincidir en voto con UPN. El gobierno municipal presidido por Nafarroa Bai mantiene los apoyos de PSN e IU, pero queda en minoría, viendo su continuidad hipotecada.
2. POLÉMICA EN TORNO A LAS NUC:
La falta de unanimidad en el seno del grupo parlamentario y la ausencia de un reglamento que establezca un protocolo específico para estos casos, dio lugar a una discrepancia –además, hecha pública por sus protagonistas- en torno a las Normas Urbanísticas Comarcales. Sus consecuencias finalmente fueron irrelevantes, afortunadamente, pero el suceso puso de manifiesto una necesidad clara de un reglamento que regule tanto la toma de decisiones como en su caso el derecho a defender posiciones diferenciadas en el Parlamento.
3. LA CIUDAD DE LA CARNE:
Las discrepancias entre algunos miembros de la dirección de Nafarroa Bai y varios cargos públicos locales (concretamente los ediles de Lumbier, Sangüesa y Aoiz) en torno a la propuesta de llevar la Ciudad de la Carne a la primera localidad citada reabrió la polémica en Nafarroa Bai.
Entre otras cuestiones, los cargos públicos locales expresaron su malestar por falta de información, y sobre todo, consulta de una decisión que les afecta directamente.
3. ELECCIÓN DEL REPRESENTANTE EN CAJA NAVARRA
Uno de los conflictos de mayor trascendencia mediática ha sido el que se desató como consecuencia de la falta de acuerdo en el seno de la coalición en torno al candidato/a al Consejo General de la CAN. El incidente saltó a la luz pública en forma de crisis interna, debido a la división de criterio entre EA y Aralar, fundamentalmente.
Si bien el resto de participantes en ese proceso de toma de decisiones, PNV, Batzarre e Independientes, tuvieron también una responsabilidad directa en la situación creada.
Pese a las entrevistas previas entre EA y Aralar para definir el perfil del representante de Nafarroa Bai a Caja Navarra, el asunto llegó sin resolver a la Comisión Permanente, donde se produjo un alineamiento del PNV con Aralar y de Batzarre con EA, los primeros en defensa de una persona independiente, y los segundos de uno de los portavoces de la coalición con perfil abertzale como respuesta a la exclusión impuesta por UPN hace cuatro años a los partidos que formamos la coalición.
A escasos minutos de expirar el plazo de presentación de candidaturas, no existiendo acuerdo, y ante la disposición de PNV y Aralar a dejar vacante el cargo en último extremo, existiendo como existía un acuerdo con el resto de los grupos parlamentarios para ocuparlo, habiendo rechazado Patxi Zabaleta toda posibilidad de asumirlo por incompatibilidad, Maiorga Ramirez, co–portavoz y presidente de EA en Navarra, presentó su propia candidatura.
Ello provocó la inmediata y desmesurada respuesta de PNV y Aralar, lo cual desencadenó a su vez una cadena de reacciones públicas que acabaron magnificando sobremanera el asunto, e hicieron que se hablara de crisis en el seno de la coalición.
Si alguna virtualidad tuvo lo ocurrido es poner en evidencia disensiones sobre cuestiones de fondo en las que será preciso alcanzar acuerdos. No sólo en lo relativo a los perfiles idóneos o no para representar a la coalición, o sobre el papel y representatividad que deben tener las personas independientes para Nafarroa Bai, sino también en materia de estrategia institucional en Navarra.
Antes del suceso tanto Aralar como Eusko Alkartasuna –los dos partidos más fuertes de la coalición- ya tenían previsto afrontar un debate interno con el fin de renegociar y readecuar la estructura y el funcionamiento de la coalición a las necesidades y el potencial real de Nafarroa Bai en la sociedad navarra y en las instituciones en las que actualmente estamos representados, en algunas de ellas, además, con responsabilidades de gobierno.
Pero las discrepancias y el enfrentamiento visualizado públicamente en este hecho concreto -y en si mismo poco relevante- ha contribuido a afianzar este compromiso. Al mismo tiempo, ha ayudado a detectar e incorporar nuevos asuntos pendientes de tratamiento y solución, y ha obligado a reenfocar el debate en torno no sólo a cuestiones organizativas sino del sistema de toma de decisiones, ideología y estrategia institucional.
4. MODIFICACIÓN DE LA LEY DEL EUSKERA DE NAVARRA
La imposibilidad de modificar la Ley del Euskera de Navarra para ampliar la llamada zona mixta a las localidades de Aranguren, Beriain, Noain y Galar en el pleno celebrado el pasado 8 de mayo, como consecuencia de la ausencia de Txentxo Jiménez, ha originado una crisis de un calado político y social público que trasciende cualitativamente lo anterior.
La imagen de irresponsabilidad que ha dado Nafarroa Bai en uno de los temas más sensibles para sus votantes en Navarra -el euskera- ha supuesto un menoscabo muy difícil de aminorar. El votante se ha sentido defraudado.
No se entiende que la responsabilidad de que no se apruebe un paso adelante (aunque pequeño pero positivo) en el reconocimiento del estatus de la lengua vasca en Navarra -territorio donde ha sido sistemáticamente restringida y discriminada por una ley que limita los derechos lingüísticos geográficamente, donde los euskaldunes y euskaltzales llevan años sufriendo el desprecio y la agresión por parte de las políticas y actitudes de la derecha navarra- sea de la coalición que se dice abertzale y euskaltzale, y se presenta ante la sociedad como opción constructiva, seria y con vocación de gobernar.
Tal ha sido la indignación por este asunto que simpatizantes de la coalición han llegado a pedir responsabilidades.
Esta crisis, que ahonda en la pérdida de credibilidad de Nafarroa Bai como fuerza política de gobierno, vuelve a incidir en la imperiosa y urgente necesidad de aclarar unos criterios y unas reglas del juego internas.
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