La directiva de la vergüenza

Nuestra vergüenza, la directiva de la vergüenza

Patxi Lasa Aristu

El pasado miércoles, 7 de mayo, los gobiernos de la Unión Europea retrasaron la aprobación de la nueva directiva sobre el retorno de los inmigrantes indocumentados, también denominada “directiva europea de la vergüenza” por las principales organizaciones de refugiados e inmigrantes europeas, al no contar con el acuerdo de todos los gobiernos. Esta directiva volverá a ser debatida la próxima semana y tendrá que ser ratificada por el Parlamento Europeo el próximo 20 de mayo.

En resumen lo que se pretende aprobar, al día de hoy, es:

1. La ampliación del periodo máximo de internamiento de las personas inmigrantes en razón de haber cometido una infracción administrativa de estancia irregular en el territorio europeo, entre 6 y 18 meses, frente a los 40 días establecidos de la actual legislación del estado español.

2. Legaliza la entrada en prisión de los inmigrantes indocumentados ante la falta de centros de internamiento; el gobierno del estado español ha sido duramente criticado por las instituciones europeas por tener las infraestructuras de internamiento más deplorables de toda Europa.

3. Posibilita la detención y el encarcelamiento de los inmigrantes indocumentados menores de edad no acompañados.

4. Posibilita, por no ser excepción, la detención de inmigrantes que hayan solicitado asilo político.

5. Prohíbe a los inmigrantes expulsados de volver a la UE en un periodo de cinco años, medida que ya se aplica en el estado español.

Todas estas medidas contrarias a los principios del estado de derecho de cualquier país que se considere democrático y contraria a los más elementales derechos humanos, previsiblemente, contará con el apoyo del gobierno del estado español y de los parlamentarios del PP y PSOE, por lo que, el gobierno de Zapatero, deberá transferirla y aplicarla al estado español en virtud de la jerarquía normativa de las leyes.

Sin poner en duda la enorme complejidad del fenómeno de la inmigración, es necesario plantear el debate renunciando a la hipocresía y a la doble moral de los gobiernos y sociedades “desarrolladas” y reconocer que mientras existan el hambre, las guerras, las miserias, la pobreza y las enfermedades, existirán los inmigrantes indocumentados, a los que en realidad y por decencia deberíamos denominar inmigrantes económicos.

Hoy existen en el mundo más de 3.000 millones de seres humanos que carecen de una vida digna a causa de la pobreza; 800 millones de personas pasan hambre todos los días, de los cuales 300 millones son niños; cada 3,6 segundos una persona muere de hambre, la gran mayoría de ellos niños menores de 5 años; 6 millones de niños y niñas mueren cada año por malnutrición; cada 30 segundos muere un niño africano por paludismo. Mientras tanto el 6% de la población mundial posee el 59% de la riqueza total del planeta y el 98% de ese 6% de la población vive en los países del norte, llamados países desarrollados.

Esta es la raíz y el origen de la inmigración, el hambre y la pobreza no conocen de papeles, si no, porqué que en estos momentos en la unión europea existen alrededor de 18 millones de inmigrantes indocumentados?, gran parte de ellos procedentes del áfrica subsahariana y américa del sur.

Alguien puede creer que algún ciudadano del mundo, deje a miles de kilómetros vida, costumbres y familia, por gusto o ganas de joder ?.

Alguien puede creer que algún ser humano ponga en riesgo su vida, con innumerables peligros y penalidades, renunciando a su propia tierra y cultura, excepto por necesidad se sobrevivir y mejorar ?.

Por muchas leyes restrictivas que hagamos, por muchas cárceles que construyamos, por muchos muros que levantemos, nunca detendremos la entrada de millones y millones de seres humanos en nuestro primer mundo opulento, insolidario, consumista, cínico y derrochador.

Mientras no condonemos la deuda externa de los países subdesarrollados, mientras no pongamos fin a la expoliación de sus recursos naturales y materias primas, mientras no acabemos con la prohibición y limitaciones a sus productos y comercio, mientras no solucionemos el problema en los países de origen con programas de desarrollo e inversiones solidarias eficazmente gestionadas, mientras la ciudadanía del primer mundo no entendamos que para vivir todos tendremos que tener todos un poco menos, seguirán existiendo causas para las personas se vean forzadas a emigrar.

Ahora, en plena crisis económica, cuando los inmigrantes indocumentados ya no son útiles para mantener la economía sumergida, cuando no son útiles para ocupar los trabajos que nadie quiere o son peor remunerados, cuando su coste social es mayor que el beneficio que generan, el PP y el PSOE de la mano, van a aprobar una directiva para hacer más fácil detención, más largo su encarcelamiento y reducir los derechos que todo ser humano debe tener al margen de su lugar de nacimiento; en fin, lo dicho, la directiva de la vergüenza, luego no nos quejemos, tenemos lo que nos merecemos